Frida y Conexión Divergente: Estudiantes de la ULVR impulsan inclusión para niños neurodivergentes

Imagina un aula donde cada niño, con sus talentos únicos y desafíos diarios, es recibido con empatía, respeto y apoyo. Ese es el sueño que estudiantes de sexto semestre de Comunicación de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR) están construyendo junto a ASENIR, una organización con más de seis décadas de experiencia en la integración de personas con discapacidad intelectual.

Su misión no es solo comunicar; es transformar. A través de una innovadora campaña transmedia de responsabilidad social, estos futuros comunicadores buscan conectar corazones y mentes para derribar prejuicios y construir una comunidad más inclusiva. “Estamos muy satisfechos por el trabajo que realizan los estudiantes para posicionar la imagen de ASENIR. Vamos por buen camino”, afirma Edmundo Jordán, presidente de la institución, dejando entrever la esperanza que este proyecto despierta.

El motor de esta iniciativa es una comunidad digital bautizada como Conexión Divergente. Con ella, docentes, padres y estudiantes tienen un espacio para aprender, compartir y, sobre todo, entender. ¿El objetivo? Hacer ruido, pero no cualquier ruido, sino uno lleno de empatía. “Elaboramos contenido creativo con un objetivo claro: generar ruido de empatía”, explica la Mgtr. Karla López, quien lidera este esfuerzo junto a las docentes Mgtr. Diana Auz y Mgtr. Evelin Cadena.

Desde cuentos narrados hasta cápsulas informativas, la campaña cobra vida en plataformas como Instagram®, YouTube® y Spotify®. Todo comienza con la investigación, un paso clave para entender las necesidades de los niños neurodivergentes. “Junto a mi equipo indagamos sobre los tipos de discapacidad intelectual a nivel nacional y local antes de preparar los contenidos”, detalla Mariana Martínez, una de las estudiantes involucradas.

Y como todo proyecto memorable, esta campaña tiene su estrella: Frida, una perrita labrador que se ha convertido en un símbolo de amor y confort para los niños. Su presencia en las actividades no es casual; es parte del mensaje que ASENIR y los estudiantes de la ULVR quieren transmitir: la inclusión se construye con pequeños gestos que generan grandes impactos.

“Queremos inspirar a la sociedad a crear un espacio respetuoso donde los niños neurodivergentes puedan desarrollar su potencial y superar adversidades”, subraya Claudia Álvarez, administradora de ASENIR. Palabras que resuenan con cada reel, cada podcast, y cada post que los estudiantes elaboran con dedicación.

El impacto de esta campaña no se mide solo en métricas digitales, sino en las vidas que toca. En marzo, ASENIR celebrará 62 años de trabajo incansable, y este proyecto es una extensión de su misión: integrar a personas con discapacidad intelectual en la sociedad y brindarles oportunidades laborales dentro de sus capacidades.

Sin duda, el esfuerzo de los estudiantes de la ULVR y el equipo de ASENIR es una muestra de cómo la comunicación puede convertirse en una herramienta poderosa para transformar realidades. La convivencia inclusiva no es un ideal lejano; es una meta alcanzable, una conexión que comienza en el corazón.

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