Habilidades Blandas en la Educación: Clave para el Futuro Profesional y Personal

En un mundo laboral cada vez más exigente, las habilidades blandas han dejado de ser un complemento para convertirse en un pilar fundamental. Así lo dejó claro María Gabriela Taylor Burgos, psicopedagoga y especialista en desarrollo personal, durante el taller “La importancia de fortalecer las habilidades blandas,” llevado a cabo el pasado lunes 27 de enero en la Sala Funcional de la Facultad de Educación (FEDU) de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil.

“Esto no es un monólogo, aquí todos vamos a participar,” fue la frase con la que Taylor dio inicio al encuentro, rompiendo el hielo y acercándose a los estudiantes presentes. Con un tono interactivo, invitó a los asistentes a reflexionar sobre sus propias fortalezas y debilidades en la comunicación, el liderazgo y la resolución de conflictos. “¿Qué entienden por habilidades blandas?”, preguntó a un grupo de estudiantes que, entre tímidos y curiosos, empezaron a compartir sus ideas.

El taller se centró en la diferencia entre habilidades blandas y duras. Mientras las segundas abarcan el conocimiento técnico adquirido en aulas y talleres, las primeras están relacionadas con la esencia del ser: la capacidad de resolver conflictos, liderar equipos, y comunicar efectivamente. “Las habilidades blandas no son débiles, son la base para navegar en ambientes complejos, tanto personales como profesionales,” destacó Taylor.

Un desafío en las aulas modernas

 El taller, organizado por la máster Marissa Martinetti, delegada principal de la Comisión de Disciplina y Ética, como parte de las actividades del semestre 2024B, reunió a estudiantes de las carreras de Educación Inicial, Educación Básica y Psicopedagogía para abordar los desafíos actuales en el aula. Durante la sesión, los asistentes compartieron sus experiencias sobre las diversas realidades y retos que enfrentan los niños en el entorno educativo.

“Hoy en día, trabajamos con niños que presentan diversas características y situaciones,” señaló la máster Martinetti, quien destacó que los docentes deben ser líderes en el aula, no solo para impartir conocimientos técnicos, sino también para formar ciudadanos empáticos, resilientes y con habilidades sociales sólidas. Su perspectiva enfatizó la importancia de las habilidades blandas como herramientas fundamentales en la labor educativa.

La empatía fue uno de los conceptos clave que resonaron durante la charla. Uno de los participantes señaló que “un simple acto de empatía, como ver a un niño abrazando a otro, puede cambiar dinámicas completas en un grupo,” destacando la importancia de este valor en el aula. Además, añadió que “esto se convierte en una lección tanto para ellos como para nosotros.”

Más allá de la teoría: el impacto en la vida diaria

Para muchos estudiantes, este taller fue un descubrimiento transformador. “No sabía mucho sobre habilidades blandas, pero ahora entiendo su importancia tanto en mi carrera como en mi vida personal,” comentó Kelly Pincay, estudiante de cuarto semestre. Otros asistentes destacaron la importancia de aplicar estos aprendizajes desde ahora, conscientes de que el manejo de emociones y la comunicación afectiva no solo transforman el aula, sino también la vida cotidiana.

Habilidades blandas: una inversión para el futuro

Taylor concluyó con un mensaje que resonó en todos los presentes: “Las habilidades blandas son tan importantes como las técnicas, porque son las que te permitirán adaptarte, crecer y enfrentar los desafíos del mundo real.” Con ejemplos prácticos y una interacción constante, el taller dejó a los asistentes no solo con conocimiento, sino con la inspiración para potenciar sus habilidades personales y profesionales.

En una era donde la técnica puede ser aprendida, pero el carácter se construye, las palabras de Taylor resonaron profundamente: “El futuro no solo depende de lo que sabes hacer, sino de cómo eres al hacerlo.”

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