En un miércoles cualquiera, el bullicio del aula de clases se trasladó a un espacio lleno de historias y desafíos. Estudiantes de las carreras de Educación Básica, Educación Inicial y Psicopedagogía de la Universidad Laica VICENTE ROCAFUERTE de Guayaquil (ULVR) visitaron las instalaciones de ASENIR, una institución comprometida con la educación y terapia para niños con discapacidades. La jornada, iniciada a las 10 de la mañana, no solo fue una experiencia educativa, sino una ventana al mundo de la inclusión.
Acompañados por la Mgtr. Gardenia González, la Mgtr. Mélida Campoverde y el Dr. José Luis Férez, los futuros educadores no solo observaron, sino que participaron activamente, dejando huellas en las vidas de los niños y aprendiendo lecciones que ningún libro puede enseñar. “Esto va más allá de aprender técnicas pedagógicas; aquí se aprende a leer en los ojos las necesidades de los niños”, comentó la licenciada Claudia Álvarez, funcionaria de ASENIR, durante un emotivo encuentro con los estudiantes.
La visita también fue un momento de reflexión sobre las realidades del sistema educativo. Hasta hace pocos años, los niños en ASENIR se quedaban “a medio camino” de su formación. “No había opciones para que completaran su bachillerato. Hoy, gracias a la gestión, ya tenemos hasta tercero de bachillerato, y los podemos graduar”, señaló Álvarez, destacando el esfuerzo continuo de la institución por mejorar y brindar oportunidades a quienes más lo necesitan.
ASENIR, en constante evolución, ofrece servicios esenciales como terapias especializadas, odontología y atención psicológica, todo a costos accesibles para las familias. Sin embargo, Álvarez subrayó los retos: “Las entidades públicas están copadas, y las terapias son insuficientes. Por eso, convenios como el que tenemos con la ULVR son un pilar fundamental para seguir avanzando”.
Mientras los estudiantes recorrían las aulas y se integraban con los niños, el mensaje era claro: más que técnicas, la educación requiere amor y vocación. “Esto no es fácil, pero con paciencia, esfuerzo y dedicación, se puede marcar una diferencia. Aprovechen este espacio, expriman lo que puedan aprender aquí”, insistió Álvarez.
El programa de vinculación no se limitó a la visita a ASENIR. En paralelo, las instalaciones de la ULVR recibieron a beneficiarios en sus laboratorios, donde los estudiantes de Educación Inicial ofrecieron asesorías prácticas durante la tarde. La conexión entre la teoría y la práctica es, sin duda, el núcleo de este proyecto de vinculación iniciado en 2024 y que sigue transformando vidas.
Psicopedagogía, con su enfoque específico, tendrá una participación continua en ASENIR todos los miércoles de 10 a 12, como parte de un compromiso que va más allá de cumplir horas de vinculación. Es una inmersión profunda en la realidad de una profesión que exige empatía, comprensión y resiliencia.
Para los estudiantes de la ULVR, esta experiencia fue una invitación a mirar el mundo con otros ojos, a comprender que detrás de cada niño hay una historia y un desafío único, y que su misión como educadores será ser esa chispa que encienda un futuro lleno de esperanza.